Soñé
con mi lecho de muerte
de
magnate solitario
bajo un
bosque de lámparas,
repitiendo
aquella palabra
muchas
veces.
Tuve
aquel sueño y al despertar
no
había nadie investigando
el
pasado, pasado, pasado,
sólo la
lluvia en la ventana
de un
piso normal ,
con
bombillas desnudas
y unos
ciclistas atravesando el parque.
Nada
importa Rosebud.
Ya no
hay huellas
que el
fuego prenda.