A veces,
este cuerpo caliente y palpitante,
un día mórbido hielo,
pone sus ejércitos en armas
presto a la batalla cotidiana,
de canino a canino,
de molar a molar.
A veces,
ama como si este compuesto terráqueo
se bebiese de un trago,
Hincha las velas de los mares de asfalto
y de los bosques,
borra las sendas y quema los mapas.
Sólo entonces,
este cuerpo de humores y temores vencidos,
descifra los secretos engranajes
de la piel de las tormentas.
Sólo entonces la vida se abre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario